Introducción
¿Clase ejecutiva de EVA Air de Bangkok a Viena con kits de amenidades de Salvatore Ferragamo y pijamas de Jason Wu?
A veces las aerolíneas realmente cumplen sus promesas de lujo en lugar de simplemente cobrar precios de lujo.
La tripulación y el juego de comida de EVA son realmente impresionantes.
Servicios a bordo
Al subir a bordo, puedes saber que será un buen vuelo.
La tripulación muestra calidez y hospitalidad genuina en lugar de simplemente hacer lo que hace, y el servicio se siente refinado sin ser estirado.
El champán antes del despegue y los pijamas de diseño marcan la pauta.
En primer lugar: un neceser de Salvatore Ferragamo y un pijama de Jason Wu que realmente son de buena calidad.
Seguido del menú a bordo:
Servicio a bordo
El servicio comienza con un amuse-bouche de salmón ahumado y tarta de queso crema y pistacho.
La tripulación prepara su mesa con mantel, cristalería y cubiertos.
EVA utiliza vajilla Luzerne en clase ejecutiva.
Luzerne es una empresa de Singapur con más de 800 artesanos capacitados que trabajan con nombres como Daniel Boulud y Hakkasan.
Se puede notar la diferencia en la calidad.
La sopa de zanahoria y cilantro tenía sabores vibrantes.
Como plato principal, llegó una ensalada de la huerta con brocheta de langostinos y pato ahumado, acompañada de crujientes verduras y hojas frescas que complementaron los suculentos langostinos y el pato ahumado.
La porción era más pequeña de lo esperado, pero la presentación parecía tan buena que realmente no importó.
A veces la calidad supera a la cantidad.
La comida concluyó con fruta fresca: sencilla pero refrescante y un buen limpiador del paladar.
Después de dormir unas seis horas, me desperté listo para desayunar. Un zumo de zanahoria y fruta, además de una toallita refrescante, me dio el pistoletazo de salida.
Las gachas de avena con pastel de huevo, verduras al vapor y condimentos tradicionales fueron la manera perfecta de terminar el vuelo: comida reconfortante bien hecha.
Conclusión
La clase ejecutiva de EVA realmente está a la altura del marketing.
El servicio es impecable, la comida es realmente buena y la tripulación va más allá de los requisitos básicos para garantizar que estés cómodo durante todo el vuelo.
Así debería ser la clase ejecutiva: no solo asientos más grandes y alcohol gratis, sino una auténtica experiencia premium que justifique la diferencia de precio. EVA lo tiene claro.